miércoles, diciembre 12, 2007

Esclavos del amor

Esc. 1. Int/día

En el interior de la cocina de un restaurán, un cocinero de rasgos exóticos enjuto, de unos 45 años y su ayudante de cocina, un joven de rasgos centro europeos corpulento, de unos 35 años. Ambos, vestidos con uniformes de cocina blancos y delantales de colores vivos, están leyendo una revista.

Cocinero: (grita pronunciando marcadamente las erres) ¡¡¡Esclavo del amorrrrrr!!! ¡¡¡soy un esclavo del amorrrrrr!!! (levanta la revista al aire) Ves tío, tú no me escuchas. ¿Qué te digo yo, guapo? Esto, ves (señala la página de la revista), fin de semana ardiente, serás un esclavo del amor (golpea la página) ¿Qué soy yo?, un tío cachondo, ¡claro!...

Ayudante: (con autoridad, leve acento eslavo) a ver, déjame ver... (quitándole la revista de las manos). Tranquilo tío, no pasa nada... (lo separa un poco con el brazo).

Vemos el detalle de la página del horóscopo.

Ayudante: Sagitario...mmh, veamos... tendrás diferentes oportunidades de seducción. Prepara tus armas.

Primer plano de la sonrisa de oreja a oreja del ayudante, levanta las cejas como si hubiera descubierto algo.

Ayudante: ¡Bien!Yo tengo todo preparado (ríe) ¿Sabes cómo lo llaman a este en mi tierra? (señalándose la entrepierna)... ¡¡¡¡Kalashnikov!!!!

Los dos estallan en carcajadas, el cocinero le da palmadas en la espalda al ayundante. Del otro lado del mostrador, bajo el arco que da hacia el comedor del restaurán, aparece una camarera, de aspecto latino, prolija, bonita, de unos 30 años, lleva un pequeño delantal que deja ver sus formas femeninas debajo de la camiseta escotada.

Camarera: (zalamera) ¿pueden ser dos platos del día?
Cocinero: ¡no!, ¡no puede ser! (suelta una carcajada ruidosa y se da la vuelta para preparar los platos)
Ayudante: (seductor) ¿qué pasa bonita, cómo va por ahí afuera?
Camarera: (irónica) como siempre, hambrientos...
Ayudante: ¿y tú? ¿cómo estás? ¿has descansado bien hoy?
Camarera: maso (sonríe)
Ayudante: (confidencial) ¿has hecho amor esta noche?

La camarera baja la mirada. El cocinero le entrega los platos al ayudante, éste los coloca sobre el mostrador y, sin soltarlos, acerca su cara a la de la chica como en un reconocimiento médico.

Ayundante: (experto) ah, se nota. Hay que hacer amor todos los días, renueva las energías (suelta los platos y abre los brazos hinchando el pecho y respirando hondamente).
Cocinero: (de espaldas, en voz muy alta) ¡Importante es ser felisssss! (al ayudante) ¿eh, tío? Importante es ser felis, ¿no?

Los dos ríen, gritando al unísono: ¡¡¡¡importante es ser felisss!!!

La camarera se ríe, se va con los dos platos.
El cocinero se da la vuelta, señala a la camarera.

Cocinero: esa no es normal, tío, no habla con nadie
Ayudante: sí, pero está buenísima, mira qué culo que tiene, apretadito como una negra, y esa boquita......ssssssaiiiijjj (se toca la entrepierna).
Cocinero: (mirando hacia el comedor) es que cada vez están más buenas, tío... ¿has visto a la Rosario, cómo ha venido hoy? Está casi desnuda, ¡esa viene a por más, chaval! (le golpea el hombro)
Ayudante: yo ya tengo a mi mujer, mi catalana es muy caliente, hombre, no puedo más...
Cocinero: ¡importante es ser felisssss! ¡Eh!

El ayudante ríe satisfecho. Se miran con complicidad, toman aire, gritan los dos al unísono: ¡importante es ser felissss!, ¡¡¡importante es ser felisssssssssss!!!


Esc.2 Int/día

Cocina del restaurán, se oye música latina a todo trapo, ruido de cacerolas. El cocinero está moviendo cacharros de un lado para otro y su ayudante está barriendo el suelo, mientras hablan animadamente.

Ayudante: eh, eh, ¿sabes por qué los de Lepe tienen siempre los buzones llenos de semen?
Cocinero: no, dime, dime, tío
Ayudante: ¡¡¡porque dice correos!!!

Los dos ríen. El ayudante baila una lambada con la escoba. Llega la camarera al mostrador, apoya un plato.

Camarera: (disgustada) Este plato está mal, era con cous cous y sin tomate, que le da acidez... (resopla).

El cocinero se da la vuelta, tiene en las manos un plátano con la piel recordada de manera que cuando lo empuja por la base, se ve la pulpa del plátano y en la punta un capuchón de piel. El cocinero apunta con el glande frutal al ayudante. Los dos ríen como locos, el ayudante se ríe tanto que tiene que apoyarse a la pared.

Ayudante: eh, eh, qué bueno tío, mira esto...

El ayudante toma dos pequeñas patatas hervidas y se las coloca a la altura de la entrepierna por detrás del delantal. Levanta el delantal mostrando las patatillas como si fueran testículos. Los dos se ríen, el cocinero suspira, agotado de tanta carcajada.

Camarera: oigan, perdón, pero estoy aquí... ¿se acuerdan? (impaciente) ¿me cambian el plato?
Cocinero : (serio)¡por favor!
Camarera: (enojada) ¿qué porfavor ni favor? ¡es tu trabajo!
Cocinero: ¿cuánto cobras tú, eh? (al ayudante) ya estoy harto, tío, de aguantar a ésta, al chulo ése de ahí afuera, qué mierda tío, esto es una mierda (se saca el delantal, lo tira)
Camarera: ¿y qué te he hecho yo?
Cocinero: a ver, ¿porqué han dejado los platos sucios de la noche, eh? porque luego vienen los de la mañana y limpian todo, eh, a ver, no tío yo me voy (patea el delantal hacia el ayudante)
Ayudante: (recoge el delantal del suelo, le tiende la mano) vamos hombre, ponte el delantal...
Camarera: (conciliadora) bueno, fue sin querer, es que no me dio tiempo, ayer hubo mucha gente y estaba yo sola..

El cocinero toma el delantal, se lo empieza a poner.

Camarera: ¿me daís el plato ahora, por favor?
Cocinero: (violento) ¡¡¡tú callate!!!

Primer plano muy estrecho sobre el rostro de la chica. Vemos solamente los ojos, la nariz y la boca. Le tiemblan los labios, su expresión se transforma hasta cerrarse en una mirada de odio.

El ayudante coloca el plato de cous cous sobre el mostrador, frente a la chica, haciendo un sonido seco. Detalle del cous cous en el plato. Fundido a negro.


Fin